Ayer no quería tragar

La verdad es que no estoy muy segura de porqué lo hice

Simplemente tenía ganas de... ¿de qué? Lo pienso y no tiene lógica en mi cabeza...

... pero anoche todo estaba tan claro

En esta vida, si quieres sobrevivir, tienes que tragar todo lo que te echen con la cabeza bien alta

Pero algunos días, simplemente, esa sustancia repulsiva llamada sociedad, se niega a bajar por tu garganta

Ayer era uno de esos días

Estaba harta y cansada de todo. El mero hecho de seguir caminando por las calles me estaba agotando de una manera considerable

Tenía ganas de plantarme en medio de la carretera, parar el trafico, y ponerme a gritar a pleno pulmón, hasta que mis cuerdas vocales dieran de si y se rompiesen, provocando que una riada de sangre caliente me ahogara...

Quería llorar y vaciarme

Poder decir que el mundo es una mierda, que estoy hastiada de seguir luchando en una guerra que no comencé yo, sentarme en un banco y proclamarme en huelga de vivir porque ya no tengo ganas de volver a levantarme... y que nadie me venga con sonrisas optimistas ha regañarme de que lo que me pasa no es para tanto y que aun me quedan fuerzas

¿Fuerzas para qué?

¡¿Es que nadie puede simplemente quedarse conmigo, abrazarme y dejarme llorar, sin intentar cambiar mis pensamientos, solamente dejando que me desahogue?!

Parece ser que está dentro de la criatura denominada humana el cambiar y reinar todo lo que se extiende ante él

Pero cuando por fin llegué al lugar donde podria relajarme, echar todo lo que tenía dentro sin miedo a represalia alguna, sentir unas manos seguras que me guien en la oscuridad y me aliente a seguir, aunque sea solo por orgullo... lo único que hizo fue darme la razón

Puso las cartas sobre la mesa y asintió, porque todo lo que tengo encima, en realidad no lo llevo por gusto, porque todas las pesas que estan atadas a mis tobillos me las han impuesto injustamente, y tenía razón desde el principio

Todos mis pesares no los he provocado yo y tengo todo el derecho del mundo a venirme abajo

Pero... eso yo ya lo sabía. No necesitaba que me lo confirmaran, ya lo tenía asumido

Saberlo de forma segura no me hizo sentir mejor... al contrario

Me entró sed de sangre, hambre de carne.

Quería desnudar un cuerpo y morderlo, arañarlo, golpearlo, arrancar tiras de su piel y sorber todo el contenido de las venas

Quería introducir mis dedos dentro de sus labios inferiores, pellizcar su clitoris hasta que suplicase que parara, notar su sudor frio contra el mio sin necesidad de darnos placer...

... yo solo quería desahogarme

Y cuando ese cuerpo desnudo se presentó ante mí, pasivo para cumplir mis mas perversas fantasías y asi desfogar toda la ira, frustación, dolor, tristeza y abandono que nadaban en aguas turbias por mi sangre y bilis... una mera caricia hizo que me derrumbase

Me volvi sumisa, quería más caricias, quería que todo lo que yo estaba dispuesta a hacerle, fuera ahora ella quien me desnudase, me mordiese, arañase, golpeara, arrancara mi piel a tiras y sorbiese el contenido de mis venas...

Movía mis caderas en busca de un dolor placentero que cegara mi mente, gemía para que ella se excitase y quizas, en un arranque de pasión, me torturase de una vez...

Y la mañana llegó, y junto con ella la vergüenza

Era incapaz de mirarme a un espejo sin darme asco

La mancilladora fue mancillada, y me lo había ganado a pulso

Había corrompido a alguien para que me ultrajase, solo por el hecho de que quería una puta prueba de que mi mundo era una mierda

¿Y para qué? ¿Qué ganaba yo con eso?

Las lágrimas que habían luchado por escapar anoche, hoy se niegan a salir

Tengo ganas de meterme en la ducha y frotar mi cuerpo hasta que mi piel se desvanezca, dejando ríos escarlata con el frío suelo del baño... quizás así me sienta tranquila de una vez por todas

Las nauseas no se van, y el lacerante dolor de cabeza supongo que se queda para acompañar

Pero el puñal de la culpabilidad y de la vergüenza que tengo clavados en el pecho, sé que se quedaran durante un tiempo

Realmente estos no llegaron anoche ni se irán mañana

Estos dos viejos amigos llegaron el primer día que acepté a que un hombre me pagase por meterme su lengua hasta la garganta...

... y no se irán hasta que sea capaz de tener un orgasmo sin querer matarme después

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