
Ahora comprendía que podias matar a alguien por quererlo demasiado, pero aquello no tenía nada que ver con el arte. El arte estaba en aprender a pasar tu vida con alguien, en tener coraje de ser creativo con alguien, en derretir las respectivas almas y dejarlas fluir juntas, creando una aleación que pudiera resistir el embate del mundo entero.
Zach y él habían usado sus respectivas adicciones para viajar a Birdland. Pero las adicciones podían alimentar el talento, y sin duda el talento alimentaba el amor. ¿Y qué otra cosa les había traido de vuelta, si no el amor?
Drawing Blood de Poppy Z. Brite
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