Me siento triste tantas veces al día que llego a perder la cuenta
Hace muchos años comencé a languidecer, y desde entonces no he cesado en ello
Puedo ser feliz, puedo estar alegre. Son estados limitados, con una caducidad, solo duran un tiempo marcado
Una hora, unos minutos, o incluso una noche entera, no más
Desde hace años mi estado natural es la tristeza
Bien es cierto que he llegado a estar mucho más triste, casi rozando el abandono total, o en cambio, la tristeza era una ligera decadencia casi imperceptible
El estado seguía siendo el mismo, el abandono total y completo de la felicidad
Cuanto más triste estoy, más vergüenza de mí misma siento, me doy repulsión y asco
No sé cuándo comencé a sentirme mal por ser mujer
Adoro mi feminidad, estoy orgullosa de haber nacido en este género, pero eso no impide que me duela el serlo
Por no poseer un miembro masculino, suelo sentirme un objeto. En ocasiones un cuadro, una obra de arte
A veces una simple silla para que alguien se siente en mí
Y si ya por el mero hecho de respirar, de seguir existiento, la tristeza me consume por dentro, en esos momentos me doy repulsión
Algunas noches deseo caminar por las calles, y que un hombre me interceda, me meta en un callejón apartado y me viole
Que ponga de manera física lo que siente mi alma y no me atrevo a decir en voz alta
Y este deseo es el que me ha impulsado a cometer muchos de los grandes errores que han marcado mi vida
He pedido auxilio, he gritado, suplicado porque me ayuden a salir de este estanque en el que me estoy ahogando y de donde me veo incapaz de poder sobrevivir
Yo no quiero este camino, quiero reír de corazón, conseguir mis metas, poder mirarme en el espejo y sonreír
Pero yo sola no puedo, y a veces soy tan ciega que no veo las manos que me tienden
Incluso parece que gozo muriéndome en estas pantanosas aguas
Esta agonía es tan grande, que en mi desesperación por salir, he hundido a tanta gente, que mis propios recuerdos me dan arcadas
¿Y si desapareciera?
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