Hace mucho tiempo que la música cesó
Ni una nota
Ni un atisbo de melodía se percibe en el ambiente
El violín que sostengo entre mis manos, yace sin cuerdas, como si de un cadáver se tratase…
.. y yo, siendo guiado por unos hilos tan finos, que a la mera resistencia me descuartizarían, finjo tocar una hermosa balada
Todos me llaman marioneta, juguete creador de ilusión musical, canción inexistente
No tengo voluntad
Ya me la arrancaron
Solo sigo el compás marcado por el titiritero
La gente se sucede una tras otra, lanzando monedas al aire para asistir a mi pantomima
Muevo los dedos, las manos y mis brazos, pongo mi mejor sonrisa y danzo con la melodía invisible
Por la noche me guardan en un baúl, y ya no existo…
.. hasta el día siguiente, donde la función vuelve a comenzar
Un violinista con un violín sin cuerdas, eso es lo que soy
La música era mi aliada, mi compañera, mi hermana, mi hija… parte de mi ser
Pero esas cuerdas que me fueron arrebatadas, esas que antes eran mi salvación en los momentos de soledad y oscuridad infinita, son las que el marionetista utiliza para moverme al compás de la actuación
Todas las noches sueño con mi rebelión, en ese momento en el que no me importa el dolor y tiro con fuerza de mis miembros, olvidando la punzante tortura de mis piezas arrancadas caer contra el suelo, y así, escapar junto a mi violín… lejos… muy lejos… unir las cuerdas ensangrentadas y volver a tocar una melodía que estremezca mi maltratado cuerpo
Pero solo soy un títere sin voluntad, un muñeco con hilos que simula una vida que se evaporó ante mis ojos cual aliento en invierno
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