En francés

Esa era la oportunidad perfecta.

No debía dejarla escapar, pasase lo que pasase. Llevaba todo el día planeándolo, y de esa noche no iba a pasar.

Respiró hondo y puso su potencial lo más fuerte que pudo. Ninguna persona podría resistirse a eso.

Se atusó el cabello, la noche anterior se lo había rizado, y miles de bucles dorados caían por sus hombros. Llevaba un sujetador de encaje turquesa, que realzaba sus (aún faltos de desarrollarse) pechos. Una camiseta de rejilla cubría su torso, mientras sus piernas vestían unas mallas de leopardo celestes. Las botas militares calzaban sus pies. El maquillaje oscuro…

Nada podía fallar.

Arcturus salía de la biblioteca, SIN COMPAÑÍA, y caminaba distraído hacia el patio central. Dominique caminó decidida hacia él, portando la sonrisa más seductora que sus labios fueron capaces de dibujar:

- Arcturus…- siseó el nombre

Este levantó la vista, encontrándose con los lujuriosos ojos de la medio francesa, y sonrió con tranquilidad:

- Ah, hola, Dominique.

Esa voz estaba carente de cualquier emoción, pero eso no haría que la Weasley desistiese ni de desilusionara, en absoluto:

- Arctie… ¿tienes un momento? Desearía poder comentarte unas cosillas…

- Claro, lo que necesites.

Perfecto.

Y como si de una pantera se tratase, se lanzó sobre el joven Black, empujándolo con fuerza contra la pared, colocándose estratégicamente. La rodilla en su entrepierna, los pechos pegados a su cuerpo, el cabello rozándole la piel, las manos cortándole cualquier acceso de huída… y los labios sobre su oído:

- Touche-moi jusqu'à que je me perds entre tes mains.- empezó a susurrar.- J'adore sentir ta peau… Je te vais a remplir de bisous… Tes caresses me tuent… ta bouche est comme du chocolat et j´aime du chocolate… tu est l´homme plus sexy pour moi… j´aime quand tu est avec moi... c´esexcistant… J'aime tes lèvres quand ils se rougissent…

La respiración de Dominique estaba muy acelerada, y sentía como el corazón le latía con tanta fuerza que parecía que se le iba a salir. Lo había conseguido, no había marcha atrás.

Dejó escapar una risita seductora y se separó lo suficiente como para poder ver el rostro de Arcturus… que se encontraba, inexplicablemente, sereno:

- Arcturus… ¿no tienes nada que decir?- aquello sí que no entraba en su plan.

- Bueno, Dominique, verás. Sé que mi madre es francesa, y a veces habla en francés en casa, pero de la familia, el único que sabe ese idioma, es mi hermano Eridani.

- Así que, no has entendido nada de lo que te he dicho, ¿no?

- No.

En ese mismo momento, antes de que Dominique pudiera si quiera reaccionar, unas estruendosas carcajadas interrumpieron a ambos jóvenes en su conversación.

Y estas no procedían de otro lugar que de la garganta de Hydra Black, que estaba apoyada contra la puerta de la biblioteca, agarrándose el estómago, presa de un ataque de risa.

Dominique notó como su rostro adquiría mucho calor de golpe, sabedora de que el tono que presentaría sería el de un tomate maduro:

- Bueno, rubita.- dijo Hydra cuando se calmó, provocando que Dominique se apartara corriendo de Arcturus.- Si ya has acabado, me llevo a mi hermano a cenar. Vámonos, Arctie

Y sin esperar una sola respuesta de parte de ninguno, echó a caminar con una sonrisa triunfante en el rostro:

- Siento no haberte sido de ayuda. Nos vemos.

El joven le dedicó una sonrisa culpable y caminó deprisa para cogerse de la mano con su melliza, dejando a Dominique avergonzada en medio del desierto pasillo.

1 comentario:

  1. Pobrecita niña veela...
    Nuestra Hydra es un poco posesiva con su hermano, ¿no crees, ma vie? Igual no debimos dejar que estuviesen siempre TAN unidos.
    Bueno, son únicos, son nuestros. :)
    Je t'aime

    Deneb

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